Saturday, January 16, 2010

Inglorious Basterds


Quizá lo más arriesgado de esta cinta sea el uso descarado del contrafactual. Sí que se atentó contra la vida del Führer, pero fracasó el intento. No murió en el Wolfsschanze y mucho menos en un estreno de cine, sino en el búnker de Berlín y por su propia mano. Por lo demás, el spaghetti western ambientado en la francia ocupada funciona bastante bien.

Thursday, January 14, 2010

Singularidades de uma rapariga loira

Adaptación del centenario director, intrépido explorador del enigma femenino, del primer cuento publicado por Eça de Queiros, el realista à contre coeur al que le hubiera encantado ser romántico, pero nació a destiempo. Manuel de Oliveira es el cine portugués afirma categóricamente buena parte de la crítica portuguesa, a pesar de que se lo tuvieron que descubrir los franceses. Yo me encojo de hombros y pienso en el iconoclasta de Joao César Monteiro mucho más cercano a mi sensibilidad, pero denostado desde su atrevimiento al presentar una película con un fundido en negro interminable y una voz en off.
Concedido, Branca de neve quizá fuera un exceso artístico película imposible, a imagen y semejanza de la novela imposible, el Finnegan's Wake de Joyce, pero no hay que olvidar su trayectoria y el buen hacer del director al adaptar el folklore portugués con un irónico distanciamento Brechtiano. En la línea de lo que haría mucho tiempo después, Albert Serra con su Honor de Caballería.

Sunday, January 10, 2010

Sherlock Holmes


Guy Ritchie sigue siendo un adepto del movimiento ralentizado. Quedó prendado del bullet motion que inauguraron los hermanos Wachowski con Matrix, y lo reprodujo en Lock & Stock y poco después en Snatch. Fallido intento el de reinventar el personaje de Holmes convirtiéndolo en un superhéroe de acción que parece sacado de un cómic de la Liga de hombres extraordinarios antes que de las páginas de Conan Doyle. El pastiche es excesivo, por momentos se diría una actualización de Jack el Destripador con su trasfondo de logias masónicas y conspiraciones políticas, pero descarrila y deviene un divertimento al más puro estilo Código da Vinci. Las malas lenguas dicen que desde que Madonna le dejó no volvió a ser el mismo.
Me temo que ha elegido mal el tema y peor el elenco. Robert Downey Jr es un improbable Sherlock Holmes, su histrionismo no consigue dotar al personaje de la suficiente profundidad psicológica, sexualidad ambigua y tendencia autodestructiva que destilaban las aventuras del mejor detective de todos los tiempos. Le sucede lo que a Tom Cruise, interioriza tics y comodines gestuales de sus personajes y no logra deshacerse de ellos. Estoy convencido que el pobre de Kubrick debió maldecir su suerte cuando rodaba las secuencias de alcoba para Eyes Wide Shut en las que Tom más que escuchar las confidencias de su mujer en negligée parecía estar discutiendo con su instructora de vuelo momentos antes de despegar con su caza.
Robert en cambio toma prestada la vis cómica de su papel de Charlie Chaplin para enriquecer a su Sherlock, otro fiasco. Sus dotes deductivas se transforman en juego de salón, ya no llevan la carga de la historia. Jude Law es un Watson sin matices, y sin panza que sirva de referencia a su quijote particular. La deducción ha muerto larga vida a la acción. Del sincretismo al cretinismo no hay más que un paso.
Sí que es cierto que Conan Doyle describe en diversas aventuras de Holmes sus conocimientos de esgrima, bartitsu y boxeo, pero son anecdóticas las instancias en las que se ve obligado a recurrir al uso de la fuerza. Un héroe de acción inverosímil el genio de la inferencia y el modus ponens.

Saturday, January 02, 2010

Celda 211


Monzón firma un drama carcelario muy solvente con un impagable Luis Tosar. No se trata de cine documental como lo fue el motín de Karandiru para el cine brasileño, pero no renuncia al verismo más descarnado. Con una galería de tipos humanos que no nos ahorra ni un ápice de su vileza. El cine carcelario es un género clásico con títulos celebres como El hombre de alcatraz de Frankenheimer o Midnight Express de Alan Parker. Como en el caso del western crepuscular de Peckinpah, las convenciones que le son propias son coartadas narrativas que se trascienden con facilidad, en su caso con su tan cacareada poética de la violencia.

Hay un subgénero 'escapista' que en los 70 alumbró Escape from Alcatraz de Don Siegel y que encuentra su revisión en los 90 en Cadena Perpetua de Frank Darabont, con variaciones castrenses como la prescindible La última fortaleza con un Robert Redford de un épico desteñido, en su papel de general condecorado caído en desgracia. Celda 211 se inscribe en esta tradición, pero con una capacidad de caracterización y realismo sorprendente. La cinta huele a cerrado: a sangre, sudor y lágrimas. La iluminacion y la fotografia resultan opresivas y la secuencia introductoria del suicidio repulsiva. ¿Quién dijo miedo?

Curiosamente uno de los actores protagonistas, Alberto Ammann, que interpreta al funcionario de prisiones que debe hacerse pasar por un preso para sobrevivir, es novel. Quizá le ayudara a construir el personaje el hecho de tener que dar la talla en una producción que le venía grande a priori. El miedo a no resultar creíble sería pues una ficción a medias.

Muy diferente del cine de crítica social como La jauría humana de Arthur Penn.