California Dreamin'

Como toda obra póstuma genera serias dudas sobre el montaje final de planos y secuencias. Existe una cierta tendencia a atribuirle a la cinta los aciertos de lo que tendría que haber sido, conjugando en hipotético futuro, seleccionando de la copia final lo que querríamos conservar y suprimiendo el resto en un acto de generosidad y justicia. Sucede con California Dreamin' del malogrado Cristian Nemescu lo que con Eyes Wide Shut del inmortal Kubrick. Reconecemos los momentos en los que el cine se aproxima tanto a la realidad que resulta doloroso y obviamos los finales en falso, las secuencias dilatadas, los planos que sobran y faltan para evitar que se resienta el tempo narrativo. No hay que olvidar tampoco que es su primer y último largometraje, opera prima y canto del cisne a un tiempo.

Un magnífico Tudor Voican que recordamos especialmente en su papel histriónico de joven médico rumano, iconoclasta, indómito e imprudente que enamora a una desquiciada Maia Morgenstern en una de los mejores ejemplos del viejo principio de que malas novelas suelen alumbrar buenas películas. Balanta de Pintilie no es una excepción. En esta cinta hace de jefe de estación mafioso y cerril que tiene al pueblo de Calpanita en un puño, mientras él se dedica a todo tipo de negocios y contrabandos, exprimiendo los convoys destinados a la única fábrica, abocada a la quiebra.