Monday, August 14, 2006

La grande bouffe



La comida necesidad orgánica fundamental de un organismo dependiente se convierte en juego, ya no se come para subsistir sino por placer y más tarde por el placer perverso del sufrimiento causado por unos vientres hinchados. Espíritus delirantes con voluntades difuminadas a causa de los hectólitros de vino consumido se dejan conducir con paso vacilante hacia el sueño eterno.

El mal de vivir les ha atenazado la garganta se les ha indigestado, así que sólo queda la autodestrucción, la anulación del individuo por el abuso de su cuerpo. Cuerpo que quieren castigar por haberles inducido a seguir la recta senda del espíritu responsable.

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