Millenium

El cine negro trata de fascinar al gran público con el efecto multiplicador de los asesinos en serie. Ya no se trata de descubrir si el asesino es el mayordomo sino de encontrar el método que subyace necesariamente a toda locura. Aun así hay claves del género que siguen en vigor, los lugares apartados de difícil acceso, las reuniones familiares, herencias y rencillas, las coartadas y los móviles que se construyen en mosaico en torno a un tema central: los hombres que no amaban a las mujeres.
El camino lo abrió John MacNaughton con Henry, Portrait of a Serial Killer y ya en la década de los 90 Seven de David Fincher, poco después vendría la muy irregular el Coleccionista de huesos o la prescindible Copycat con una inverosímil Susan Sarandon. Hubo entretanto incursiones pseudo-documentales en el tema con la impagable Ciudadano X que se basa en la historia del ciudadano Chicatilo pasando por asesinos célebres como Ted Bundy, Ed Gein o Jeffrey Dahmer. American Psycho es una gran novela, pero una pésima película. Sin olvidar el paradigma de los asesinos en serie de principios de los 90, el temible Hannibal Lecter que silenció a todos los corderos.
Resulta un poco cargante el asesino mesiánico que usa la Biblia como libro de códigos y sus versículos como mensajes en clave. El filón del hermetismo, de sociedades secretas con sus pactos de honor y sus santos y señas parece no agotarse nunca.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home