Tuesday, February 03, 2009

Revolutionary Road

Sam Mendes decepciona de nuevo, sus buenas intenciones no están a la altura de sus pretensiones. Sabe describir con solvencia la vida de los suburbios americanos y las familias de clase media de maridos atrapados en un trabajo embrutecedor que no soportan y mujeres liberadas que ya no les quieren.

Poco importa que la trama se desarrolle en la América de los años 50 o en la de los 90. En el caso de American Beauty acertaba con la estética muy a lo Twin Peaks, en la estela de David Lynch, pero desbarraba con el misticismo naïf, tan americano por otra parte, de la bolsa de plástico que bailaba en una ráfaga de viento.

Las cosas tienen alma, el trascendentalismo de Thoureau y Emerson forma parte de la herencia intelectual de Estados Unidos, pero francamente prefiero ir a ver al joven idealista que se empeño en desviarse de la recta senda e ir a la búsqueda de ese camino que dicen se hace al andar por las heladas planícies de Alaska, al más puro estilo Walden, en la bellísima Into the Wild, antes de que me den lecciones en la metafísica de los tubos.

Más que Revolutionary Road debería llamarse The Road not Taken, poema de Robert Frost que forma parte del inconsciente colectivo americano. Dos caminos se bifurcan en el bosque y yo tomé el camino menos transitado... clara referencia a las encrucijadas de la vida, los vacíos de voluntad, las decisiones que no tomamos y la vida toma por nosotros.

TWO roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth.

(...)

1 Comments:

Blogger marta said...

Ese poema de Robert Frost me obsesiona desde hace años. Igual que las películas que tratan sobre los caminos no tomados y en especial, sobre la imposibilidad de volver sobre los propios pasos para tomarlos.

Aún no he visto la película, por cierto.

4:33 AM  

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