Tuesday, August 05, 2008

Once upon a time in America



Érase una vez la prohibición, el sindicato del crimen, las destilerías clandestinas. Siempre despierta una oscura fascinación en el espectador la poética de la violencia, los códigos de honor de los delincuentes, la ley de la calle. Quizá porque nacimos domésticos y la jungla y sus criaturas nos retrotraen a un estadio primitivo de la conciencia. Esta no es una película al uso en cualquier caso. Lejos de la complacencia y magnificencia de las grandes sagas como El padrino, en la larga tradición del cine de gangsters americano de los años 30 con James Cagney dando vida al paradigma del mal en cintas como Los violentos años veinte o Enemigo público número uno, Sergio Leone consigue realizar una buena película a partir de una novela mediocre. Lejos muy lejos del Cotton Club de Coppola o de Billy Bathgate basado en la novela de E.L. Doctorow con Dustin Hoffman dando vida a Dutch Schultz, la novela en la que se basa la película es obra de un insider, de un arrepentido, pero The hoods de Harry Grey es desigual en su planteamiento narrativo.

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